viernes, 19 de octubre de 2012

Acerca de las Constelaciones familiares

Por María Luisa Heres

Este método se trata de comprensiones importantes.
    a) Solo una persona puede crecer si está en su lugar
    b) Es poner en orden lo que no está, para que el sistema recupere su
    funcionalidad
    c) Reconocer la importancia de la
    Conciencia y el Amor.




    Solo una persona puede crecer si está en su lugar

    Las Constelaciones Familiares las podemos aplicar para que cada persona este reconciliado con sus recursos para la vida, que encuentre sintonía con sus padres y solo aquel que se reconcilia con sus padres y los toma con amor está preparado para cualquier cosa que la vida le pueda ofrecer para su desarrollo.
    Hay una conciencia colectiva inconsciente que impone un orden. Ese orden cumple con las leyes de la naturaleza y de lo que está vivo. También cumplen los seres vivos con una jerarquía dentro del reino de la sabiduría de la creación.


    Los padres tienen prioridad sobre los hijos y el primogénito sobre el segundo. En ocasiones la conciencia personal infringe este orden y un hijo de los padres, en intento de ayudar a los padres será movido por esta inconsciencia colectiva que pide en equilibrio la conciencia colectiva. Aquello o aquel que pretende hacerlo mejor se inmiscuyen en el nombre del amor. Cualquier intento en esta dirección está dirigido al fracaso.

    El terapeuta debe contenerse al máximo de observar la conducta de ayuda, porque esta conducta proviene de un patrón de comportamiento y de comunicación de una conciencia inconsciente colectiva que busca que se mantenga el orden personal e individual; y es por ello que el constelador se tiene que contener de intervenir , ya que el trabajo del “ Movimiento del Alma” es aquel que busca que para que la fuerza del alma del propio cliente y el alma del sistema entre en contacto con tu propia alma para encontrar soluciones. 

    Ejercicio 1:
    1. Colócate ante un compañero que represente a tu padre, o a tu madre o a los dos.
    2. Míralos y diles: “Gracias”.
    Reflexiones:
    Observa que al darles las gracias das algo que es tuyo... tu agradecimiento.

    Les das tu agradecimiento por la vida que te ha sido dada. Esa vida ha venido pasando desde una línea filogenética, hasta una realidad ontogenética y es algo que no les pertenece a ellos ni a nosotros.
    Es la vida, “la pulsión de vida”, que solo fluye a través de ellos y así la recibieron de esa línea materna y de la línea paterna y la pasan a ti.
    Detente un momento a observar qué fuerte es intuir desde donde nos llega esta vida del pasado, de todas las generaciones de seres vivos y de todos los cambios que ha sufrido la creación de la tierra y el cosmos.



    Solo una persona puede crecer si toma lo que le es dado.

    Nadie que recibió la vida pudo agregarle nada ni restarle nada a esa vida que le llego en su plenitud, desde varias generaciones atrás, a cada uno de nosotros.
    No se va a parar con nosotros y pasara a nuestros hijos, nuestros nietos, bisnietos, seguirá fluyendo entre los seres humanos.
    Es parte de un continuo que integra una fuerza masculina (yang) y una fuerza femenina (ying) y construye una realidad que permite el
    Equilibrio entre el Tomar y el Dar.
    La vida ha de seguir fluyendo con nosotros y sin nosotros a menos que no destruyamos esa fuerza del Dar y del Tomar y pueda seguir fluyendo en una larga línea hasta perderse a lo lejos de donde viene y adonde va.
    Cada uno de nosotros da algo a la vida dentro de un cúmulo de “agregados” a la verdadera fuente de Vida que es la esencia o espíritu con la que cada ser animado o inanimado tiene o contiene. Esos agregados que el ser humano construye con sus pensamientos, emociones y percepciones han de influir al destino de lo propio, pero nadie puede o pudo restar o agregar nada a esa fuerza de vida.
    Con esos agregados, útiles y no tan útiles, dejamos nuestra huella, por efectos especiales al recibir esa vida. Esa huella ha de determinar ganancia de plenitud ya sea por dones o facturas. Estos regalos que nos entregan nuestros ancestros son “cadenas de favores” o “cadenas de deudas”. Siendo unas u otras, es importante que nos inclinemos con todo lo que toma parte en esa realidad y lo recibamos con el corazón, con toda nuestra alegría y agradecimiento; La experiencia vivida con dolor no la necesitaremos repetir ni en nuestro sistema familiar, ni en nuestro sistema social sí así lo llevamos a nuestra conciencia.
    Tomándola de esta forma e inclinándonos ante eso que dirige todo, entenderemos lo que significa la entrega y la contemplación... permitiendo con ello que se abra el corazón a la compasión que es la más noble de las tareas humanas.
    Tomando la vida como Es, aprenderemos que a la vida se le toma con el último acto de humildad que podemos tener, es decir, que la disposición a dar lo mejor de nosotros es un factor importante para el cambio de conciencia hacia una cultura de Amor.
    Si permitimos que esto haga espacio en nosotros y lo recibimos en nuestro corazón como terapeutas, podremos lograr la sintonía con los padres propios, podemos estar en sintonía con el alma de los padres del cliente. Solo reconciliado con los padres de uno mismo y con los padres de con los que trabajamos, es y será posible hacer algo con los clientes o pacientes.
    Inclinándonos con todo lo que somos ante lo que lleva el vertiginoso rio de la vida y del cual formamos parte, así llevaremos a nuestro corazón la conciencia de estar presentes y ser presentes en nuestro tiempo... hoy.
    A través de este tomar con humildad
    lo que nos es dado y por el tiempo que nos ha sido dado podemos comprender lo que es entrega y contemplación; y eso nos lleva a vivir nuestra presencia aquí en la tierra como un acto de la última humildad, un acto de experiencia mística, religiosa y de Unidad.
    Mirando así a nuestro corazón lleno del agradecimiento, podemos recibir a los clientes y mirarlos más allá de ellos, porque podemos mirar a sus padres, abuelos, bisabuelos, ancestros y hacemos una concordancia con lo propio. Percibir lo que es nuestro de lo que es lo del otro, nos permite ir y asistir a la persona que pide ayuda. Abriéndonos al cliente o constelado y al sistema que se configura, necesitamos estar libres de intenciones, expectativas, juicios, prejuicios que obstruyen nuestro aprendizaje que evitan estar en ese espacio de sintonía con el cliente.



    Poner en orden lo que no está.

    Reunir todo aquello que se encuentra disgregado. Aquello que está incompleto, para que todo el sistema encuentre paz.Familias que integran victimas y perpetradores se integran a los perpetradores y a las víctimas no se excluyen; como tampoco se excluyen a los perpetradores a menos que tengan que ser excluidos del sistema.
    Al suceder esto actúa una conciencia detrás de esto en forma de inconsciente colectivo que no tolera que nadie sea excluido.
    Se declara inexistente una parte de la realidad por intolerancia a la frustración.
    La realidad se percibe como un evento de frustración, de rechazo o de negación y se acomoda constantemente esa realidad a una información que permita conservar el patrón de comportamiento y de comunicación que perpetúe la exclusión de un miembro del sistema.


    Reconocer la importancia de la Conciencia y el Amor.

    Se requiere hacer ciertas reflexiones sobre la dificultad para el proceso de simbolización y contenido de esta experiencia, de modo que generalmente permanece en estados de fusión con los demás patrones de comportamiento y de comunicación del sistema familiar, aún al paso de varias generaciones.La presencia de patrones de comportamiento y de comunicación que generan la desidentificación lleva a Bert Hellimger a usar el “mirar” para poder facilitar la desidentificación entre los que se miran y favorecer la individuación de los miembros del sistema.
    Al mirar la dinámica oculta de la configuración uno ha de necesitar promover el cambio de esa fusión de todos a patrones compartidos por todos, por lo que se abre el sistema a la diferenciación y semejanza de sus miembros.
    Cuando estamos de consteladores es necesario dejar que se exprese el movimiento en la configuración. Apreciar las interacciones y relaciones en patrones de comportamiento y de comunicación entre los representantes del sistema, es uno de las grandes aportaciones que Bert Hellinger a podido aportar a la terapia y a la teoría de constelaciones familiares.
    Cuando aprendemos a “mirar” estos patrones de información y de comunicación de eventos o relatos de personas excluidas, nos podemos dar cuenta de aquello que falta.
    El constelador puede incorporar lo que falta por su propia cuenta y eso es una respuesta lineal. La respuesta fenomenológica es permitir que el sistema vaya expresándose y “pidiendo” lo que hace falta, facilitando que el mismo sistema vaya abriéndose a la información que “ pide” el siguiente paso, incorporando las respuestas para encontrar las piezas que le faltan.
    Al acompañar al sistema a que incorpore lo que le falta estamos permitiendo que se geste una nueva realidad, la realidad que necesitaba ser incorporada para estar cerrada la experiencia. Realmente es como una Gestalt la que se realiza, pero una Gestalt que el mismo sistema se encamina” hacia su solución”.

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