viernes, 19 de octubre de 2012

Amor y orden

Por Bert Hellinger

Quisiera decir algo sobre amor y orden. ¿Qué es más grande y más importante, el amor o el orden? ¿Qué viene primero?

Muchos piensan que si aman lo suficiente todo estará en orden. Muchos padres piensan que si aman a sus hijos lo suficiente ellos se desarrollarán exactamente como ellos lo desean. La mayoría de padres que así piensan son defraudados. Evidentemente el amor solo no alcanza.


El amor debe insertarse en un orden. Y ese orden ya está determinado. Esto también ocurre en la naturaleza: Un árbol se desarrolla según un orden interno. No se lo puede cambiar. El árbol solamente puede crecer dentro de ese orden. También es así con el amor y las relaciones humanas: Ellas pueden desplegarse solamente dentro de un orden, y ese orden está establecido.
 


Si nosotros sabemos algo de ese orden del amor, entonces nuestro amor y una relación tienen la gran posibilidad de desarrollarse. Un orden es, que aquello que es diferente tenga el mismo valor. El hombre y la mujer son diferentes pero equivalentes. Cuando esto es reconocido por la pareja el amor tendrá una chance mayor.    
El segundo orden es que el dar y el recibir deben estar equilibrados. Cuando uno debe dar más que el otro la relación está perturbada. Ella necesita ese equilibrio. En relación con el equilibrio existe algo más a lo que debe prestarse atención. Hoy por la mañana hablé de cómo la necesidad de equilibrio debe marchar junta con el amor y de cómo de esa manera crece el intercambio.
  
Esa necesidad de equilibrio también existe en forma negativa. Cuando uno de los miembros de la pareja le hace algo al otro, éste sentirá también la necesidad de hacerle algo. Él se siente herido en su dignidad y por esa razón cree que tiene el derecho de herir también al otro en su dignidad. Esa necesidad es irresistible. 

Muchos que han sufrido una injusticia se sienten con derecho a hacerle algo al otro. A la necesidad de compensación se le agrega ahora algo más, el sentimiento: Ahora yo tengo derechos especiales, a través de la injusticia que se cometió conmigo tengo derechos especiales. Entonces se le hace al otro una maldad mayor que la que él nos hizo. Porque ahora uno le hizo al otro una maldad mayor éste se siente con derecho a hacerle al otro algo malo, y como él se siente con derecho le hace al otro algo más grande que lo que recibió de él. Así crece en una relación el intercambio de maldades y en lugar de la felicidad, en una relación de ese tipo aumenta la infelicidad. 
 
Es posible reconocer la calidad de una relación en si el intercambio transcurre principalmente en la bondad o en la maldad.  ¿Y cuál sería la solución? ¿Existe en realidad una solución? Se puede pasar del intercambio en la maldad nuevamente al intercambio en la bondad. ¿Y cómo se hace?
 
Existe para ello un secreto: Uno se venga del otro con amor. Esto quiere decir: se le hace al otro una maldad, pero un poco más chica. Entonces acaba el intercambio de maldades y ambos pueden nuevamente recomenzar con lo bueno. Este es un aspecto muy importante de los órdenes del amor. Cuando uno lo sabe es posible reencausar para el buen lado muchas cosas en las familias.

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